lunes, 10 de septiembre de 2007

El perro no me deja dormir.

Cero horas, día viernes, estoy fundido, pero ya quede con una clienta en que le dejaría el programa funcionando antes de las primeras horas del sábado, así que tratando de vencer el cansancio y tratando de concentrarme lo más posible en mi tarea, logro cumplir con mi promesa. A ver?, la pucha son la una y treinta, pero si, haré la ultima prueba, veamos, ya esta, todo funciona según lo planeado, me hice merecedor de un buen descanso, la casa esta en silencio y a oscuras, son la una y cincuenta y cinco, casi las dos de la mañana del sábado!!!, en fin tengo casi siete horas de sueño, ya que quede en cambiar el aceite del auto, y me esperan a eso de las diez y treinta en la estación de servicio.


Ahhhh ya estoy en la cama calentita!!, que placer, se me cierran los ojos de tan cansado que estoy. La mente se me va nublando, dejo de pensar en todo lo “importante” en que debería pensar y me hundo en el dulce calor de esa etapa en que uno no esta ni dormido ni despierto. Estoy casi dormido, paz, placer!!, pero aun no me he dormido y ya estoy soñando?, o no?, esos ladridos que escucho son reales?. Quiero pensar que no, por eso me doy vuelta en la cama y trato de conciliar nuevamente el sueño. Pero no, no estoy soñando!!, no puede ser Cállese!!!, le grito imperativo al perro, a la vez que veo el reloj.

Dos y treinta pasadas. Anda a ver que le pasa al perro dice mi mujer, ufa pensé yo buscando la ropa a tientas. Que te pasa? Le pregunto al perro que me mira con cara suplicante?, no habla, claro esta, pero le entendí, tengo insomnio y quiero salir a la calle creo que me transmitió con su mirada. Con la casa a oscuras busco y rebusco en la ropería mi campera. Esta demasiado frío como para salir sin ella.

Casi las tres menos diez y yo con la campera de mi mujer en la mano, la mía no la encuentro, y en fin, quien va a estar despierto a esta hora?. Me visto como puedo, con lo que tengo a mano y salgo.

Linda camperita, parece que me dijera la pareja del 902 que justo llegaba cuando yo salía con el pichicho hacia la calle. Buenas noches, buenas noches!!, sacando al perrito?? Mmm se!!, llegue a responder entre dormido y congelado.

Dale che!!, que me estoy congelando le suplico, hace algo, justifica la salida. Nada, cinco diez quince minutos y nada. Vamos que quiero dormir. Suerte que tengo un perro de chico para abajo, lo puedo poner bajo el brazo y llevármelo sin problemas para adentro nuevamente.

Las tres y veinte, me saco toda la ropa, me meto de nuevo en la cama, pero ya con los nervios en contra, ahora pareciera que hubiesen prendidos reflectores en mi cuarto y que estuviese en medio de un concierto de la sinfónica. Pero no, la luz es la del celular que prende cual luciérnaga cada tanto, y lo ruidos son ecos lejanos que un par de horas atrás ni siquiera notaba. Estoy susceptible, tengo miedo de no poder dormir lo necesario y el tiempo sigue pasando. Uy a ver a ver en que puedo pensar para que me venga el sueño rápido.

Guauu guauu, no!!, en perros no, tengo que pensar en otra cosa!!!. No estas pensando en perros boludo, el que te dije esta ladrando de nuevo!!!. Nooo, son casi las cuatro y media!!! Bueno se acabo, ahora yo no puedo dormir. Vamos a la calle che, o te viene el sueño o te congelas en la madrugada, pero esta es la definitiva.

Me miro en el espejo del ascensor, vestido de mina me muero de hambre, pienso para mis adentros mientras ruego que más nadie del edificio me vea con la campera capitoneada de mi mujer. Vamos a la plaza le digo, como para que vea que la cosa ahora viene en serio.

Soledad, aquí y allá alguna sombra caminando en la oscuridad espesa. Pucha que regalado que estoy por tu culpa le digo al perro que empieza a tiritar por el frío que hace.
Seis grados, cero cinco, cero siete horas, marca el reloj termómetro de Boulevard.
Algún taxímetro que otro pasa por la calle, alguno me mira como pensando, “yo laburando a esta hora y este boludo paseando al perro en vez de dormir calentito”

Bah, eso lo pienso yo también, así que basta!!!. Tomo al canido entre mis brazos, y parto hacia mi cama. Son las cinco y treinta y cinco, con números rojos me alerta el radio reloj.
Me acuesto, cinco, diez treinta minutos, no me duermo esperando un nuevo ladrido, cuarenta, cincuenta, sessssszzzzzzzzz.

Dale, mira que son las nueve, despertate que tenes que cambiar el aceite y hacer otros mandados. La voz de mi mujer sonaba en mis oídos pero mi cerebro no llegaba a comprender que estaba pasando. Ehh? Que?? Como??. Ahhh si, bueno ya voy. Me levanto con tremendo dolor de cabeza, mi ánimo esta pésimo, justo hoy tengo que cambiar el aceite!!!. Voy a ducharme, siento ronquidos en el baño, al entrar el, que tanto jodio a su amo anoche, esta tirado sobre la alfombra del baño soñando con alguna costilla con lomo.

Grrrr, me muestra los dientes cuando lo muevo para que se despierte y me permita bañarme. No me muerde, jamás lo hizo, por eso lo tomo de su panza y lo pongo en la ducha, no abro la canilla, pero el sabe bien que significa lo que hice. Es como ponerlo en la silla eléctrica, se desespera, cree que lo voy a bañar, disfruto ver su miedo, no, no seas así che, el perro no te hizo nada malo, solo fue una noche de insomnio.

1 comentarios:

Anónimo dijo...
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