miércoles, 26 de septiembre de 2007

Mendez.


Méndez era de esas personas siempre dispuestas a notificar las muertes del prójimo. Y es que tenia un gusto especial, en ser el primero en dar la infausta noticia a los conocidos del occiso, compañeros de trabajo, vecinos, o socios del club social donde acostumbraba a jugar al truco los viernes y sábados de noche, siempre se enteraban por Méndez antes que por ningún otro, de los fallecimientos mas recientes.


Y es que para Méndez, era casi una cuestión de honor, el ser el primero en informarnos sobre los fallecimientos, era el que primero leía el diario en la oficina, solo para enterarse de las novedades destacadas en los avisos fúnebres. Fue por boca de Méndez que nos enteramos que el Gordo había muerto: -Che, saben quien murió?, el Gordo Fagundez, aquel que se jubilo por enfermedad hace dos años, parece que le dio un infarto mientras se bañaba.- O que el jodón de Benítez ya era historia: -Me acabo de enterar que falleció Benítez, Benítez, aquel muy jodón que trabajaba en compras!!!-, nos comunicaba con cara de compungido.

Jamás en la oficina oso nadie a informar las muertes antes que Méndez lo hiciera, era ya casi un ritual, ya que de hacerlo, el malhumor de nuestro informante se haría palpable durante toda la tarde. Y había que bancarlo a Méndez de mal humor!!. Pero lo que tenía Méndez de macabro en sus gustos por las novedades fúnebres, lo tenía también de trabajador y responsable.

Jamás había faltado por enfermedad, jamás había pedido un día libre, o había faltado sin aviso a la oficina. Por eso nos extraño sobremanera que aquel martes no se apareciera a trabajar, y más nos extraño el hecho de que lo hiciese sin avisar siquiera a la oficina de personal. -Che no le habrá pasado algo?, vos sabes que este vive solo y anda a saber…-, Martínez había dejado la pregunta como flotando en el aire. Y era cierto, y si le hubiese pasado algo?, sabíamos que últimamente andaba con algunas nanas, así que sin pensarlo mas, decidimos llamarlo a la casa para saber sobre su estado de salud.

El teléfono sonó, una, dos, tres, cuatro veces hasta que una voz, la inconfundible voz de Méndez, evidentemente grabada en una contestadora, nos contesto desde el otro lado de la línea: Usted se ha comunicado con el 909 09 09, a que no sabe quien murió y no puede atenderlo en este momento?

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lunes, 24 de septiembre de 2007

Sobre la memoria.

Si hay algo que realmente envidio, de forma sana, pero envidia al fin, en otro cristiano, es la buena memoria. Lo veo como casi paranormal, el hecho que haya gente que te diga por ejemplo “me acuerdo que fue en el 79, porque el dólar estaba a 5 mangos y la tía
Eulogia cumplía las bodas de plata ese año”, como corno hacen para acordarse con tanta minuciosidad de fechas y aconteceres?.


Aparte de ser mi memoria lastimosa, admiro a todos aquellos que se acuerdan de rostros, nombres, cumpleaños, precios de productos, fechas de vencimientos, etc. Etc. Y uno de los mayores problemas que me causa mi mala memoria es la incapacidad de asociar rostros con nombres de personas que no he visto por mas de un año, los reconozco como conocidos claro, pero sin saber como se llaman, y menos aun de donde los conozco , esto me ha llevado en ser un experto en llevar a cabo conversaciones sin pronunciar el nombre de mi contertulio, ni el de sus familiares, es típico entonces, responderle a quien me saluda efusivamente, y del cual no tengo ni idea de quien puede ser, con las útiles palabras: como andas “hermano” o “estimada”?, seguís laburando “allá”?, che contame, y “aquel” o “aquella” como andan, todo bien?

Y luego el trabajo fino, tratar de conocer de donde lo conozco, de algún trabajo anterior tal vez?, de los estudios?, pariente acaso?, no hace mucho tuve que ir a un organismo publico a hacer un reclamo sobre un recibo que no estaba llegando a mi domicilio,y cuando estaba por putear al que me atendía pues el aseguraba que el recibo estaba yendo en tiempo y forma , apareció X de atrás de un escritorio y saludándome me dijo “como andas Juan Eduardo tanto tiempo, yo estoy de jefe de esta sección, cualquier cosa que necesites llamame aquí esta mi teléfono”, acto seguido me dio un papelito con el teléfono y el interno anotados en el, el problema es que no anoto su nombre, y es así que hoy por hoy sigo teniendo problemas con el maldito recibo, no me llega, y no voy a tener mas remedio que ir personalmente a dicha oficina, ya que no puedo llamar por teléfono y pedir por alguien que no se como carajo se llama.

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domingo, 23 de septiembre de 2007

Historia de Navidad.


Calor sofocante, el día esta pesado, yo cansado a mas no poder, y aun no terminamos con los mandados. Y es que si bien esta Navidad no la pasaremos en casa, ya quedamos en que nosotros llevaríamos el postre, y claro, alguna bebida también, porque con este calor, lo que es bebida, nunca esta de mas. Ahh, no nos olvidemos de algunos cuetes y luces de bengala para los gurises, son chicos todavía, pero para entretenerlos un poco, no?.


Estas segura que tenemos los regalos para todos?, pregunto sabiendo de antemano la respuesta, claro, ya compre todo no te acordas que te mostré los regalos anteayer, antes de envolverlos?, ahh si, si, no me acordaba.
Y si además del helado y el postre, llevamos algunas masas?, mi mujer siempre exagerando. Bueno dale, y si sobra que las coman el 25 de tarde con el café. Pero debe de haber tremenda cola en las confiterías, que te parece si compramos las masas en el súper?

Al fin, luego de horas dando vueltas, y cansados de tanto movimiento y tanta espera en las cajas, llegamos a casa, estaría bueno descansar un poco, tirarse un rato en la cama y tratar de dormir aunque sea una hora para recuperar fuerzas, y así estar impecable para esta noche. Imposible, las bombas en la calle enloquecen al perro, aúlla, ladra, quiere salir. Ufa, voy a sacarlo un poco a ver si se calma, digo yo, así que chau descanso.
Ahh ya que salís fijate si hay algo abierto y me traes aspirinas, que no doy mas del dolor de cabeza, dice mi mujer, bueno, entonces salgo con el auto.

Llego a casa con calor, y mucho mas cansado y directo a darme una ducha, uff el baño parece un sauna, es que me ganaron de mano con los duchazos, y me dejaron el calefón lleno de agua fría y el ambiente lleno de vapor hirviente. Bueno me jodo, tirito bajo el agua helada, salgo de la ducha y al segundo estoy empapado de transpiración, pero quedo como nuevo. Teléfono. Hola papa…, desde el otro lado de la línea, mi hija me pregunta si puedo pasar a buscar a una tía de mi yerno, ya que ellos tienen que llevar a otra tía, si, no te hagas problema, contesto.

Nunca creí que podría entrar tanta gente en mi auto, nosotros tres, perdón, cuatro, ya que por sus actitudes, el perro casi pasaría por un humano, y claro esta, viene a la reunión con nosotros, (tráiganlo, me dijeron, no lo dejen solo pobrecito) , mas la tía, y una concuñada de la hermana del sobrino de no se quien, haciendo malabares con las botellas, las casatas, el postre y las masas. Pero que elegante que están!!, (rutina femenina), a que peluquería fueron, vieron que hay una nueva en el barrio??, claro, yo que soy pelado y no necesito de mechitas ni brushing, y se ve que no soy elegante.

Llegamos, al fin!!, y ya eran unos cuantos, y luego de los profusos saludos de rigor, comenzamos a ser servidos por el dueño de casa, que se empeñaba en llenar los vasos, desconociendo la tolerancia cero. Uno, que ya va concientizado con que un día de vida es vida, la semana que viene empiezo a cuidarme, y todas esas mentiras con las cuales uno intenta convencerse de que los abusos que uno comete están perdonados por la fecha tan especial, le da a lo que venga, a nada dice que no, sea lechón, pollo agridulce, o colita de cuadril mechada. Y cuanto liquido tiene que utilizar para lubricar todo eso!!.


Pero bueno, uno que aun extraña ausencias queridas, y es un tanto sensiblero, se conmueve al ver como el círculo se va cerrando alrededor de uno. Y es que cuando las agujas en el reloj nos indican que debemos levantar las copas y estrechar los abrazos, nos sentimos Papa Noel, y las nuevas caritas sorprendidas nos llenan con creces los vacíos que hasta hacia un momentito sentíamos en nuestros corazones.

Y nos damos cuenta que esta misma sensación que nos embriaga el alma de ternura, la habrán sentido nuestros viejos queridos, esos que hoy tanto añoramos, y justamente, quizás estas mismas nuevas caritas, que poco a poco van estrenando Navidades, serán las que nos recuerden en el futuro con un lagrimon en sus ojos de adultos.

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La libertad del vuelo.


Una paloma vuela, ser ingrávido por el cielo, y yo la miro, y pienso, y la envidio. Desde mi punto de vista no hay mayor sentimiento de libertad que el que otorga el vuelo, pero claro, con alas propias, no ajenas, poder ir, venir o quedarse, pero con la seguridad que el viaje que uno emprenda no estará delimitado por caminos, ni huellas, solo por la altura que podamos alcanzar por nuestras propias fuerzas.

Y pienso mas profundamente, y me doy cuenta cuan equivocado estoy, es que no puedo envidiar a una paloma, y es que yo también si lo quiero, puedo tener el don del vuelo. Y es que alas no me faltan, es solo que a veces me asustan las alturas, y prefiero el suelo.


Y me lamento, es que la falta de libertad o vuelo, se sufre, pero también se sufre el miedo que da levantarse del suelo, pero una vez, que se anima uno a desplegar sus alas, uno se da cuenta que se puede vivir en el cielo, como las águilas o los gorriones, cerca de las nubes y los luceros. En mi caso puedo ver el mar desde lo alto, y también desde lejos, lo bueno, lo malo y lo feo, puedo ser un pájaro, árbol o marinero, ya que cuando emprendo mi propio vuelo, libero la libertad que aprisiono dentro.

Y todo esto de chicos lo sabemos, y es por eso que los niños con sus alas pueden vencer dragones o invitar a un desconocido a jugar a la pelota, sin importarle en que cree o cual es su apellido. Y no le temen a las alturas, y por eso vuelan, y por eso llevan el corazón en su mano y la libertad en su frente, como un sello.

Pero claro, se madura, se crece, y como somos cada vez mas pesados, mas nos cuesta abandonar el suelo, y las alas, por falta de uso se van atrofiando, y cada vez nos sentimos mas cómodos al nivel de la tierra y no flotando en el cielo.

Y nos vamos olvidando de lo libre que se siente el vuelo, y envidiamos a la paloma que por el ventanal vemos. Pero hoy quiero dejar la envidia de lado y desplegar nuevamente mis alas al viento, y es que quiero de nuevo vencer dragones e invitar a otros a jugar a la pelota aunque no comparta su credo.

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