lunes, 1 de octubre de 2007

El Libre Albedrío.


Recuerdo que en aquellos años tiernos de mi niñez, cuando creía en casi todo lo que los mayores decían, estaba convencido de que solamente en mi poder, estaba la llave que podría llevarme al paraíso. Y es que los curas del colegio al cual asistía, se esforzaban en hacernos creer en eso tan utópico que la Iglesia llama Libre Albedrío.


Que maravilla!, nosotros chiquilines inocentes terminábamos creyendo, que los pobres vivían en destartalados ranchos por propia elección, y que los malos, llegaban a ser malos por el solo hecho de haber elegido por si mismos el camino de la maldad.

Que fácil se nos hacia pues, en aquel entonces la vida, el Libre Albedrío nos daba la posibilidad de que, si sabíamos elegir bien, podíamos solucionar nuestra vida, terrenal y eterna.

Con el tiempo, claro está se va perdiendo poco a poco la carga de inocencia con la que venimos a este mundo, y es entonces que para bien o para mal, muchas de las creencias se van disolviendo en un mar de certezas y experiencias.

Y es que con los ojos cada vez mas abiertos, uno va viendo como ridículas muchas de las creencias que en su tierna infancia daba como hechos ciertos. Como no creerle a la maestra cuando decía que Rivera había sido un héroe?, como seria capaz el Padre Pedro de mentirnos al decirnos que por mirarle las piernas a la maestra iríamos al infierno?

Fue así entonces que al crecer me fui dando cuenta de a poco (yo nunca fui una luz para avivarme, lo aclaro), que desde la cuna uno está condicionado a lo que podrá y no podrá lograr en este mundo. Veamos, a alguien se le ha ocurrido pensar que es prácticamente imposible que algún hijo de Marilyn Manson salga monaguillo?. Veremos acaso a algún nieto de Pinochet ser un abanderado de los derechos humanos algún día?.

Se dan cuenta a lo que me refiero?, ya la vida nos condiciono de antemano a que fuésemos lo que somos, ya alguien eligió antes por nosotros. Claro, tal vez por lástima, o para que no desconfiáramos mucho, ese alguien, ciertas libertades nos otorgó, algo podemos lograr por nosotros mismos, por supuesto, pero no lo esencial, no lo que realmente importa.

A veces pienso, que hubiera sido de mi, si realmente existiese esa libertad plena que se tendría si fuéramos todos iguales al nacer, si tuviéramos todos las mismas oportunidades, las mismas chances al momento de venir a este mundo, y sobre todo pienso, que habría sido de todos esos seres anónimos que conocen de primera mano lo que significa el sentir en carne propia la mordedura del hambre y el frío, si hubiesen tenido su oportunidad.

1 comentarios:

Viviana dijo...

Jota E, qué tema profundo y difícil a la vez!!! si todos hubiesemos sido iguales al nacer y hubiésemos tenido las mismas oportunidades, estaríamos siendo justos no??? pero la verdad no sé como sería el mundo, no me lo imagino de esa manera, de repente viviríamos mejor, no sé, este tema me ha dejado pensando mucho.
Besos